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Foto del escritorRo DPrado G

"MORRIÑA" Poemas de Don Arsenio De Prado


Galicia, entre las regiones de España.

En Galicia, región autónoma de España, dentro de la provincia de Ourense, en el pequeño poblado de Podentes del concello de A Bola, un viernes 21 de Abril de 1922 llegó a la casa familiar: Arsenio, el último de los diecisiete vástagos de Lino De Prado Velo y Maricarmen Rodríguez Temes.


Entre las memorias que mi padre nos compartía sobre su niñez, contaba:

“… En mi familia fuimos muchos, aunque por ser el más pequeño no conviví con todos, pues mis hermanos mayores se habían ido a explorar mundo. Fui criado por mis hermanas, con pocas memorias sobre mi madre; me dicen que murió antes de que yo cumpliera tres años. A mi padre no lo conocí hasta los doce años, pues viajaba constantemente a las Américas..."
Casa familiar en Podentes, Ourense
Podentes, A Bola, Ourense
"...Nuestro hogar estaba en el medio de una gran parcela que había sido de mi familia por muchos años. Mis hermanas cuidaban bien de mí y se encargaban de tareas aptas para ellas, como cocinar y cuidar del hogar; mi responsabilidad era cuidar de los animales de casa, que nos servían de sustento…”

Con escasos 18 años de edad, una vez terminados los enfrentamientos por la Guerra Civil Española, y hasta el año de 1945, Arsenio se incorporó al servicio militar español, con base en A Coruña, donde se inspiró para escribir gran parte de sus poemas y textos (Serie 'Morriña'). Regresó por un par de años a la casa familiar con sus hermanas, y en Noviembre de 1947 se embarcaría con destino a las Américas, donde le recibieron algunos de sus hermanos mayores, que se habían establecido con sus familias en la Ciudad de México. Durante esos primeros diez años, Arsenio aprendió de negocios con sus hermanos, forjó importantes lazos de amistad, integrándose en la sociedad gallega de México; fue entonces que decidió volver a España para buscar a la esposa indicada con quien formar su propia familia.

En palabras de Marisa, el encuentro entre ambos sucedió así :

“Cuando Arsenio llegó a Podentes en el verano de 1958, sacó el Buick verde oscuro que los hermanos tenían guardado y usaban cada vez que alguno venía de visita; levantando el cotilleo de todos en el pueblo: ‘ay o mejicano, o pequeño dos mejicanos’ En Celanova eran bien conocidos todos los hermanos De Prado: Pepe, Isaac, Abelardo, Carlos, Arsenio. En aquellos años los hermanos vivían en México, y eran muy unidos cuando había que tomar una decisión familiar; en un momento que Arsenio estaba muy enamorado de una chica mexicana, a los hermanos no les gustó y por eso decidieron mandarlo a España para tomar unas vacaciones, y encontrar esposa."
Marisa junto al Buick verde
Marisa junto al Buick verde, en 1959

Marisa y Arsenio se conocieron en Celanova, en la tienda de ropa y regalos que Julita y Luis tenían cerca de la Plaza Maior. Aquel verano del '58 empezaron a frecuentarse, y para el otoño del mismo año, Arsenio le propuso matrimonio con intención de casarse en los próximos meses para volver juntos a México.



Arsenio De Prado y Marisa González Pereira
Boda Marisa & Arsenio

El 3 de Junio de 1959 se celebró la boda en A Coruña, Arsenio tenía 37 años y Marisa 24. Fue una celebración sencilla, con los invitados indispensables: los novios, el cura -Reverendo Ricardo González, hermano de Marisa-, los padrinos, y los testigos. A principios de Octubre de aquel año partían en barco hacia su nuevo hogar en México. Entre el 27 de Febrero de 1960 y el 4 de Febrero de 1974, nacerían los 6 hijos e hijas de la familia De Prado González.


Arsenio incursionó en el ámbito restaurantero de México.

A finales de los años 50's administraba el Cabaret 'La Pampa', aprovechando el apogeo de aquellos centros de espectáculos impulsados por la 'época de oro' del cine mexicano. Cuando estos declinaron, y como padre de familia, a mediados de los 70's decide cambia de giro a una Cantina tradicional mexicana, 'La Perla', con el popular consumo de botanas estilo español, incluidas con el pago de las bebidas: como pulpos con patatas, arroces, chamorro. En los años siguientes, por su influencia en el gremio de cantineros fue elegido Presidente de la Unión Gremial, habiéndose ganado el cariño y respeto, con amistades sinceras como D. Antonio Ariza Cañadilla, Presidente de Casa Pedro Domecq en México. Entre los logros de D. Arsenio, se enorgullecía particularmente de haber sido promotor para eliminar la prohibición de la entrada de las mujeres en las cantinas, donde solía leerse un letrero afuera de estos sitios:

"Se prohíbe la entrada a mujeres , uniformados , vendedores ambulantes y menores de edad”.


Para finales de los 80's, con intención de contar con un negocio más familiar en el que sus hijos e hijas pudieran trabajar, abrió las puertas del Restaurante 'La Casa del Filete y el Chamorro', en la colonia Doctores de la Ciudad de México.


Foto de Don Arsenio en la cantina
D. Arsenio, atento siempre con clientes y empleados.

Mención Arsenio De Prado Libro las Cantinas en México
Reconocimiento Libro Las Cantinas en México

D. Arsenio fue un aprendiz autodidacta; destacando en su vida con una gran habilidad para las matemáticas, creatividad musical y poética. Poseía también el peculiar don de la palabra, que utilizaba con toda propiedad, y le valió para dominar los albures mexicanos. Entre sus pasatiempos estaba la lectura de diccionarios, así como de grandes enciclopedias de medicina y de leyes -por lo que algunas personas incluso se referían a él como el Doctor o el Licenciado-; además era capaz de tocar diversos instrumentos; interpretando las melodías por oído.

(Entre mis recuerdos favoritos siempre estará el despertar en el día de mi cumpleaños con mi padre interpretando "Las Mañanitas" -canción popular mexicana de cumpleaños- ya fuera con la flauta, la armónica o un piano pequeño.)


Fue un hombre que vivió cambios radicales a lo largo de sus 79 años de vida. De ser un pastor en un pequeño pueblo de Galicia; a convertirse en empresario y líder de opinión en el gremio de restaurantes y cantinas en la gran Ciudad de México. Mantuvo una gran capacidad en adaptarse a la evolución y modernidades de principios del Siglo XXI. Llevó una vida modesta, buscando siempre el bienestar para su familia; sin que ello mermara su carácter conservador y su apego a las tradiciones: en todo momento mostraba su galantería y caballerosidad; prefería ver las películas de época mexicanas, que las taquilleras americanas; sin embargo mostraba gran curiosidad por aprender el idioma inglés, en el que podía comunicarse de manera básica y como autodidacta. En especial disfrutaba llevar a Marisa a cenar y al buen teatro de la Ciudad de México.


En casa de mis padres no sólo había sitio para los 6 retoños, las puertas estuvieron siempre abiertas para varios sobrinos que fueron criados como propios; y para todos los amigos que necesitaran sentirse acogidos en un hogar, con un plato de sopa caliente, y una buena charla de sobremesa, acompañado de una copa de licor de café de Don Arsenio y las galletas de Doña Marisa.


Fue un trabajador incansable, por darle a su familia protección y seguridad. Amaba la vida, y con ejemplo férreo nos enseñó a cuidarla y respetarla por encima y a pesar de una enfermedad inmune (diabetes). Para mi padre era importante mantenernos unidos ante el dolor, y aún cuando se mostrara estoico, sabíamos por mi madre que era un hombre con una profunda sensibilidad. Se permitía sin embargo reír sin reparo y atesoraba en el corazón los momentos familiares. Gozaba particularmente poder llevarnos de viaje, conocer nuevos lugares, otras culturas, y personas.



Sucedió un miércoles 27 de Febrero de 2002, en que llegué a la Ciudad de México para reunirme con mi madre, hermanos y hermanas, en la despedida de mi padre. Me acompañaba mi tío Ricardo, quien viajó conmigo desde Miami. Nos recogieron en el aeropuerto unos amigos, para llevarnos directo a la funeraria; mi padre había fallecido la noche anterior.


Cuando llegué me encontré con mucha gente que me ofrecía sus condolencias; pero yo sólo necesitaba recibir ‘6 abrazos: primero fue el Pato Javier De Prado Gonzalez, después Mary De Prado Gonzalez, cuando conseguí llegar a los brazos de mi Madre -me dijo- "por fin llegaste…" pocas palabras, un largo abrazo, muchas lagrimas. Abracé a después a Rosy De Prado "que bueno que ya estas aquí"-me dijo- "Ya estaba, solo que no había llegado"; enseguida encontré a Ricky recostado, pues se sentía muy mal, solo le di un beso (era su cumpleaños 42); por último fui a buscar a Jose Luis De Prado Gonzalez "Me faltaba tu abrazo"-le dije - "A mi también el tuyo, que bueno que ya llegaste".


Celebramos su vida y su partida, con una hermosa misa, entre bendiciones por su devoción a la Virgen de Guadalupe, y con los ecos melódicos de una gaita gallega; como un digno adiós al músico y poeta.

Gracias por tanto, Padre.

Hasta siempre.


Arsenio, nació y pasó sus años de juventud en Galicia, España. Construyó su hogar y familia, junto con Marisa, en México. Inculcándonos siempre el amor por ambos terruños, el sentirnos orgullosos de ser mexicanos, hijos de españoles.

Aquí uno de los poemas de D. Arsenio De Prado Rodríguez,

con una breve reseña de su juventud.


"El hogar De Prado y el hijo menor"



Cuando mi madre pudo darme el ser

contaba ya sus cuarenta y dos años,

más, ya los disgustos pasados

sus energías le hicieron decrecer.


Sufrir disgustos los hijos le causaron,

niña era ella cuando se casó,

y diecisiete hijos que a la luz al mundo ha dado

cuarenta y cinco años tenía cuando al Cielo voló. (1925)


Yo, el más pequeño de los hijos con tres años,

y me han dejado, cosas que manda Dios;

mi padre, al que tampoco conocía

decidme ahora que es lo que era yo.


Veintidós meses tenía cuando el padre (1923)

se fue a América con dos hermanos míos

por ésta causa yo no lo conocía,

y doce años tenía cuando él vino.


El tiempo transcurrido de tres a doce años

junto con mis hermanas contento lo eché;

padres no conocía, tampoco así el cariño,

dándome ahora cuenta qué infancia yo pasé.


Fui un niño mimado, también lo reconozco,

siete hermanos conmigo, todos me querían bien;

cuatro años tenía, cuando ya han intentado

meterme en una escuela para aprender a leer.


Asistía diario, estudié con cariño,

pero decidme ahora qué desarrollo aquél;

era una escuela mixta, noventa de matrícula,

la profesora anciana nada podía hacer.


Catorce años tenía cuando empezó la guerra,

mis hermanos se marchan, yo solo me quedé;

mi padre delicado y yo medio criado,

se encuentran mis hermanas trabajando a granel.


Mi padre dirigía, su mando yo acataba,

mano extraña lo hacía, así tenía que ser;

el campo es para los hombres, las mujeres no valen,

en casa les sobra para las tres que hacer.


La guerra que termina, mis hermanos vuelven,

de nuevo en casa juntos nos volvemos a ver;

pero es poco tiempo, el gozo fué muy corto,

mi padre fallece, ya se acabó el placer.


La casa se deshace, ha faltado el timón,

mis hermanos se marchan buscando porvenir;

se quedan mis hermanas, las tres desamparadas,

yo el único entre ellas y también me escurrí.


La edad fue la culpable, contaba veinte años (1942)

un puesto en el Ejercito me esperaba ya;

dejar a mis hermanas, queriéndolas yo tanto,

y servir a un extraño sin saber quién será.


La suerte ha sido grande, buen sitio me esperaba,

Sanidad Militar, un Cuartel delicioso;

pero aún así prefiero mi humilde 'hogar'

que todo lo que tiene, lo que habito es hermoso.


Dos años cumplidos, tan solo uno falta, (1945)

la vida tranquila pronto he de alcanzar;

allí mis hermanas ansiosas me esperan,

y aquél es mi destino, es aquél mi 'hogar'.


Podentes, Galicia

23 de Septiembre de 1944



Cuando mi padre cumplió 75 años, mi hermana Rosy recopiló sus poemas en un libro que llamó: 'Morriña'. Encontrando registros de su poesía en hojas sueltas y dispares; el último poema lo escribió en 1971, aunque con seguridad tendría más que quedaron perdidos en algún retazo de papel o de forma inéditos en su corazón de poeta...


"...ese sentimiento que no puede encerrarse en una definición, y lo comprende bien solo quién lo ha sentido. Como una mezcla de nostalgia, alegría, tristeza y amor desbordante. Como un grito desde lo más profundo del corazón de un gallego que ha amado mucho, y ha tenido que dejar muchos amores en el camino de la vida. Cuando mi padre decía 'Morriña', desde pequeños entendíamos la palabra, al verla reflejada en sus ojos, al descubrir que podía hacerle reír y llorar al mismo tiempo; con el gozo de el amor y la tristeza de la distancia. Así como sonrisa, certeza de sentirse amado y saberse cercano a pesar de estar del otro lado del Océano." Rosy De Prado.

Descubrir que la poesía de mi padre encajaba en los relatos de mi novela, ha sido una grata sorpresa. Transcribir sus palabras le han dado un soplo de vida al personaje del 'lírico'; develando a la vez los propios retos en la vida de Arsenio; sus dolores, y alegrías; sus amores, miedos, y tristezas.



Te invito a suspirar y disfrutar de esta 'inspiración prestada' con los versos de mi padre, en mi novela: "El Bosque de los Igmas. Memorias de mis Ancestros"
¡Disponible en librerías por España y en Plataformas Online en todos los mercados!

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Para mí novela he utilizado varios fragmentos de los poemas de mi padre, con adaptaciones. Puedes leer sus poemas inéditos en este INK-Log: Serie 'Morriña'.


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